De los nervios

Viajeros kamikazes

El término kamikaze fue acuñado por primera vez por los americanos para designar a los pilotos japoneses que atacaban de manera suicida los intereses militares estadounidenses. Hoy en día también existen pilotos kamikazes (como el piloto alemán de German Wings que estrelló voluntariamente el avión contra los Alpes franceses), aunque su objetivo no era militar e incluso personas que por motivos «religiosos» o políticos se convierten en mujeres/hombres-bomba con el fin de cometer atentados. Pero hoy hay otro tipo de viajeros kamikazes:

¿Eres un viajeros kamikaze?

¿Eres un viajero kamikaze?

Y no me refiero a esos viajeros que viajen donde viajen siempre buscan tirarse por una tirolina, hacer un descenso por los rápidos más salvajes en kayak o hacer puenting en los lugares más remotos en unas condiciones (a veces) bastante precarias y faltas de seguridad. Al fin y al cabo si se estampan es problema suyo. Me parece genial que la gente haga estas actividades cuando tiene la edad y las condiciones físicas para hacerlo, pero se ve cada cosa…en Costa Rica vi a una turista que tras saltar en tirolina se estampó contra un árbol dejándose media cara en él. La señora en cuestión rozaba la cincuentena, y parece que era la primera vez (e imagino que la última) que saltaba en tirolina. Cuando regresan a casa pueden enseñar fotos muy chulas tirándose desde el puente que limita Zimbabwe con Zambia y se convertirán en los más envidiados y populares de la oficina.

Yo reconozco que soy miedosa y cobarde, y bastante torpe. Nunca he hecho estas cosas, e imagino que si lo hiciera también me dejaría parte de la cara en cualquier árbol. Pero quiero referirme a otro tipo de viajeros kamikazes: los que afirman muy ufanos que no se vacunan de nada vayan donde vayan (a no ser que la vacuna sea obligatoria), que jamás han ido al departamento de enfermedades tropicales de su ciudad o que se niegan a tomar profilaxis necesarias para intentar evitar el contagio de enfermedades como la malaria.

Estos viajeros kamikazes se conforman con entrar en cualquier foro de internet sobre viajes y preguntar: ¿Habéis ido a Indonesia?, ¿habéis tomado algo para la malaria?, o: para ir a Laos ¿qué vacunas hacen falta?. ¡Alucino!. No dudo que la gente que entra en los foros de viajes tienen muy buena voluntad, pero existen en todas las comunidades unos departamentos muy bonitos llamados de enfermedades tropicales donde profesionales informados pueden aconsejarte sobre qué tomar dependiendo del destino.

Esta mañana he acudido al departamento de enfermedades tropicales del hospital Carlos III de Madrid, donde acudo cada vez que voy de viaje. Cuento con una cartilla de vacunaciones bastante extensa, pero debía actualizar algunas de ellas. Hablando con la médico del departamento me ha sorprendido que me contara que muchos viajeros se niegan a ponerse algunas vacunas porque cuestan 20 €. Es decir, realizan viajes de miles de euros y racanean 20 € en su salud. ¡Incomprensible!.

Me ha recomendado que me pusiera la de la encefalitis japonesa, y a pesar de costar 160 € (sí, sí, 160 €), tras contarme los efectos de la enfermedad y cómo está alcanzando cotas peligrosas no he dudado en ponérmela.

Encefalitis japonesa: mapas

Encefalitis japonesa: mapa

La encefalitis japonesa se propaga por la picadura del mosquito, registrando cada año casi 70.000 casos en el sudeste asiático. En muchos países donde la enfermedad es endémica afecta principalmente a los niños, ya que los adultos están naturalmente inmunizados. Se transmite principalmente en el verano. La OMS recomienda la vacuna a todos los que viajen a esta zona.

NO EXISTE CURA para la enfermedad, y entre sus consecuencias se encuentran: rigidez del cuello, caquexia, hemiparesia, convulsiones y una temperatura corporal elevada entre 38 y 41 grados Celsius. Retraso mental desarrollado por esta enfermedad generalmente conduce a coma. Mortalidad de esta enfermedad varía, pero es generalmente mucho mayor en los niños. Se ha observado diseminación transplacental. Defectos neurológicos durante toda la vida, como sordera, labilidad emocional y hemiparesia pueden ocurrir en aquellos que han tenido participación del sistema nervioso central. En los casos conocidos que también incluyen algunos efectos, náuseas, dolor de cabeza, fiebre, vómitos y a veces hinchazón de los testículos…. según News Medical

Aparte de consultar a un médico especializado en enfermedades tropicales es importante contratar un buen seguro que cubra cualquier eventualidad médica en tu país de destino. La sanidad pública en la mayoría de los países es muy deficiente, y acudir a la sanidad privada es extremadamente caro. No creas que por llevar un seguro médico de 10 € de Eroski o el seguro de tu tarjeta de crédito cubrirá la asitencia médica privada en el extranjero.

Seguramente cuando vuelvas lo harás sano y salvo, nada te habrá ocurrido. Pero…¿y si no es así?, ¿quieres arriesgarte?. Si deseas ser un viajero kamikaze sólo me queda desearte mucha suerte.

 

 

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