Si te encuentras en la ciudad de Quebec, puedes visitar el Cañón de Santa Ana, con su espectacular cascada (74 m de altura) y sus 3 puentes suspendidos, en un paisaje que te quitará el aliento. Más información
Vista desde el puente Mestachibo
A sólo 30 minutos de Quebec, muy cerca de las cascadas Montmorency y a 5 minutos de Sainte-Anne-de-Beaupre. La entrada se encuentra en la carretera 138, que comunica Quebec con la región de Charlevoix. Sigue leyendo
Durante el trayecto de Alma a Tadoussac, a orillas del río San Lorenzo, se encuentra una de las rutas más bellas para realizar en coche. La carretera rodea lagos, cruza ríos, atraviesa montañas con una exuberante vegetación. Casi cada rincón merece una parada para contemplar el paisaje. Son innumerables los lagos que puedes ver desde la carretera, y a orillas del fiordo de Saguenay, se encuentran pueblos encantadores que merecen un visita, como Sainte Rose du Nord, con una preciosa bahía y casas construídas en madera en las faldas de la montaña.
Bahía de Sainte Rose du Nord
Si te encuentras en Quebec, y quieres hacer la ruta del fiordo de Saguenay, es casi imprescindible que dispongas de un coche de alquiler. Y, por supuesto, de un GPS. Es muy fácil perderse por las carreteras canadienses, y no encontrarás muchos sitios donde preguntar.
Ruta por el fiordo de Saguenay y Charlevoix
Si tuviera que elegir algo que me gustó de Toronto me encontraría en un gran dilema. No hay nada memorable que me haya transmitido la ciudad. Es la más grande de las ciudades canadienses, y seguramente en el proceso ha perdido pate de su encanto, o todo. Una gran urbe llena de rascacielos compitiendo a ver cuál toca el cielo antes, y las calles abarrotadas de gente a primera hora de la mañana y última hora de la tarde, cuando la gente va y viene de trabajar. Fuera del horario laboral, la ciudad se queda muerta, completamente muerta.
Skyline de Toronto
Me suele ocurrir que cuando alguien me recomienda una película con entusiasmo, me defrauda; cuando me recomiendan una ciudad, no me gusta. Y al contrario, cuando oigo sólo críticas negativas sobre algún lugar, me esmero en buscar lo que tiene de positivo. Eso es lo que me ocurre con Montreal.
Biodome
De los nervios 