Juanito de Almagro, allá por el siglo XVI militó a las órdenes de Pedro de Valdivia. Cuando descubrió este enclave chileno decidió darle el mismo nombre que su ciudad natal en España: Valparaíso, como su Valparaíso de Arriba, en la provincia de Cuenca. Menos mal que no nació unos kilómetros más al este, en la zona denominada Tierra Muerta.
Puerto de Valparaíso
Cuando llegué a Chile me preocupó bastante la manera de ser de los chilenos. Desde el momento que pones el pie en el aeropuerto de Santiago todo el mundo te parece amable y educado. ¿Acaso has visto alguna vez un policía de inmigración simpático y educado que te hablara con amabilidad y te diera la bienvenida a su país?. Pues yo sí. Y me ha ocurrido las dos veces que entré en Chile en este viaje y en otro viaje que hice a Chile hace pocos años. Los primeros días estaba bastante preocupada, ya que al intentar coger la maleta siempre aparecía algún chico que me decía: «¡Espera, que te ayudo!». Al principio pensaba que alguno iba a salir corriendo con ella. No pensaba en ese momento que los chilenos eran tan amables y galantes, sino que pensé que realmente yo aparentaba mucha más edad de la que tengo. Me preocupó mucho más que durante un viaje en metro un chico joven y bien trajeado se levantara de su asiento para cedérmelo. Me dio tanta vergüenza y me sentí tan anciana que acepté sin rechistar. «¿Estaré sufriendo el ataque de un virus que me ha hecho envejecer muchos años en sólo unos minutos?»
¡Gracias, Chile!
En Santiago de Chile, en la calle compañía de Jesús esquina a calle Bandera se encuentra la sede social de la Polla Chilena. No tiene pérdida, ya que está casi en la plaza de Armas. No hay un turista español que pase por la zona que pueda resistirse a fotografiar el edificio con ese descomunal letrero que anuncia que allí se encuentra la polla chilena, y encima de beneficencia.
La polla chilena
Ya repuesta de los largos vuelos, el cambio horario y el cambio de clima (creo que lo que más me ha afectado es esto último), quiero compartir con vosotros un vídeo que grabé en la Patagonia chilena. Merece la pena cada minuto que inviertes en llegar a este rincón del mundo para extasiarte con tanta belleza y desear que esta joya continúe así para siempre.
De los nervios 