Después de varios años viajando sola, no pude tener una peor idea que apuntarme a un viaje a Costa Rica y Nicaragua con un mayorista a través de una agencia. Aparte que el vuelo salió con 6 horas de retraso, nada más llegar a San José descubrí por qué un día decidí viajar por mi cuenta: en el aeropuerto un señor con gorra roja y un cartel en la mano nos iba separando en dos grupos. Yo no salía de mi asombro, porque ambos grupos eran, a cada minuto que pasaba, más numeroso.
Canales y ríos de Tortuguero desembocan en el mar Caribe
Lo que viajando sola supone 20 minutos, nos supuso casi 2 horas hasta que todos los turistas tenían su equipaje y habían sido incluidos en un grupo. La diferencia que marcaba los grupos era solamente la diferente categoría de los hoteles que habíamos contratado cada uno. Una vez hechos los grupos, nos dividimos en dos autocares: 60 y 28 personas en cada uno. Gracias a Dios que me tocó en el menos numeroso, aunque para mí, acostumbrada a viajar sola, compartir mi viaje con 27 personas me parecía viajar entre multitudes.
Playas de Tortuguero
Recorrimos Costa Rica del Caribe al Pacífico, y a medida que pasaban los días, la belleza de Costa Rica compensaba las incomodidades que me suponía viajar en grupo. De entre todos los lugares que visité, Tortuguero me pareció de una belleza increíble. De esos lugares que permanecen imborrables en la memoria. Mi interés en viajar a Costa Rica era principalmente Tortuguero, porque es donde grandes tortugas, año tras año, desovan en la playa.
Sabía que me iba a apuntar a la visita a la playa por la noche para ver el desove, actividad que por supuesto no estaba incluida en el precio. El hotel se encontraba en la otra orilla del río, por lo que tras un corto paseo en bote llegamos a la playa. Cada grupo, formado sólo por un guía autorizado y 4 turistas, caminamos por la playa hasta el lugar que nos habían asignado, zona acotada de la que no te puedes salir. No se pueden hacer fotos, ni vídeo, ni siquiera hablar para no interrumpir el proceso natural de la tortuga desovando. Tuvimos suerte, porque donde nos encontrábamos, podíamos ver perfectamente a dos grandes tortugas que subían lentamente por la arena. Separadas entre ellas por sólo unos metros, cuando cada una de ellas encontró el lugar idóneo, comenzó a mover las patas traseras para excavar un hoyo en la arena. El proceso fue lento, y ellas se lo tomaban con bastante calma. Cuando el agujero era lo suficientemente profundo para evitar que otros animales encontraran los huevos y se los comieran, la tortuga se colocó justo al borde del agujero, y comenzó a depositar los huevos en la arena. Los huevos son del tamaño aproximado de un tomate cherry. Cuando terminó, lentamente comenzó a tapar los huevos con la arena que antes había apartado. Se notaba que estaba cansada, porque cada pocas paladas de arena tenía que descansar. No soy una amante de los animales, principalmente porque me dan miedo, pero ver a las tortugas verdes desovando en Tortuguero fue uno de los mejores espectáculos de la naturaleza a los que he podido asistir.
Mi ignorancia en zoología me hace titular esta imagen como «Pájaro»
De cada 5.000 huevos que depositan las tortugas en la arena, sólo uno llegará a la edad adulta, por eso es importante que depositen los huevos en la arena con éxito. El ruido y las luces pueden asustarlas y desorientarlas, y provocar que regresen al mar sin desovar. Nunca deja de sorprenderme lo vándalo, maleducado y estúpido que puede llegar a ser un turista. En el grupo, un tipo de Barcelona de unos 30 años, visitando la playa donde la noche anterior habíamos sido testigos del desove, se apartó del grupo para empezar a excavar en la arena buscando los huevos, y quizá, llevarse un huevo a casa de recuerdo. Yo también me había apartado del grupo, para hacer fotos y evitar otra vez la lección sobre las tortugas verdes que ya había tenido la noche anterior. Así que cuando lo vi, le grité:»¡Oye, no puedes hacer eso!». Me miró con cara de » ojalá venga una ola gigante y te arrastre por el Pacífico» y en lugar de callarse y avergonzarse por lo que estaba haciendo me gritó. » ¿Y a ti qué te importa?». Durante el resto del viaje, tanto él como su novia, me miraban con cara de perdonarme la vida. Bueno, no me preocupaba en absoluto.
Turistas odiosos
Guanacaste perteneces al Parque Nacional de Guanacaste, atravesado por un sitemja natural de canales y lagunas navegables de una increíble belleza. Hábitat de tortugas, de manatíes o vacas marinas, cocodrilos, etc. Los habitantes de la zona no dudan en bañarse en las aguas del canal o de pescar, a pesar de la existencia de cocodrilos. Es su medio de vida.
Pescando en el Parque Nacional de Tortuguero
El parque fue creado para proteger la flora y fauna de la región de Limón, y para facilitar la tarea de los investigadores y científicos. He de decir que durante uno de los paseos en bote por los canales, me asombraron 2 chicas, auténticas expertas, que eran capaces de identificar cada especie y hablarnos sobre las peculiaridades de cada una de ellas.
Canales de Tortuguero
Más tarde, estas dos madrileñas me contaron que su pasión es la vida animal, y que sólo viajaban a países donde podían ver a los animales en su hábitat natural viviendo en libertad. Ante tanta sabiduría, yo, que no soy capaz de diferenciar un jilguero de un águila, permanecía callada y me limitaba a escuchar extasiada. Es fantástico oír hablar a alguien sobre algo que le apasiona.
«Bicho»
Tortuguero es una de las zonas donde más llueve en Costa Rica, hecho del que fui testigo en pleno agosto. Lluvias y temporales caribeños de hasta 15 días de duración dan al parque nacional el intenso color verde a su exuberante vegetación.
Exuberantes flora y fauna
Por la tarde teníamos una visita por la zona de selva. Como me dan tanto miedo los animales, me puse unas botas hasta la rodilla que utilizo en invierno para la lluvia. Teniendo en cuenta que era agosto y la humedad de la zona, tenía los pies y las piernas literalmente cocidos. Lo había hecho para evitar que se me subiera un serpiente, lo que me habría provocado un infarto incluso antes de morderme, pero todo fue en vano.
Parque Nacional de Tortuguero
El guarda del parque nos explicó que rara vez atacan a los humanos, pero que cuando lo hacen por sentirse amenazadas, lo hacen a la altura del torso o el cuello, ya que es a la altura en que se encuentran, mimetizadas con el tronco de los árboles. Nos advirtió que no nos apoyáramos en ningún tronco ni rama, porque son difíciles de ver y son altamente peligrosas. Por supuesto que hice todo el recorrido con las manos en los bolsillos para evitar tocar nada, y sólo las sacaba para hacer alguna foto.
Serpiente «camaleónica»
El guarda cogía de vez en cuando algún bicho y se lo ponía en la mano para que lo viéramos. Algunas veces se lo pasaba a alguno para observarlo. Yo permanecía con las manos en los bolsillos, y le decía que no era necesario ni que me lo acercase gracias al objetivo que había puesto en la cámara. Que no quería siquiera que se planteara acercarse a mí con cualquier bicho, ya que todos me parecían peligrosos.
Otro «bicho»
A la gente le suele parecer muy divertido las reacciones que tenemos las personas que nos dan miedo los animales, pero se pasa realmente mal. Cuando me subí al bote tras la visita, llevaba el móvil en un bolsillo y los auriculares colgaban sin darme cuenta. Uno de ellos rozó mi pierna, y valga la redundancia, pegué tal bote en el bote que provocó la risa y las burlas de todos los demás. Ya era la cobarde oficial del grupo. Tampoco me preocupaba.
«Bicho»
Si te alojas en un lodge del parque, suelen ser cabañas de madera con el tejado de uralita. Por la noche, conocerás el porqué bautizaron a los monos de esta zona como monos aulladores. Desde el atardecer hasta el amanecer emiten sonidos parecidos a los gritos humanos para comunicarse con otros miembros del grupo. Saltan sobre las cabañas y hacen retumbar las planchas de uralita, desplazándose de rama en rama, saltando sobre los tejados o incluso sobre tu hombro. Creo que ha sido de las noches que menos he dormido durante un viaje, comprobando si estaba la ventana (sin cristales pero con mosquitera) bien cerrada, atrancando la puerta con una silla, temiendo que en lugar de un pequeño mono apareciera un forzudo orangután y rezando para que si algún mono tenía pensado entrar en alguna cabaña, lo hiciera en la de al lado.
Monos aulladores
La población de Tortuguero se encuentra a poca distancia en bote de todos los alojamientos. No es que tenga mucha vida o algo especialmente interesante, pero es agradable de pasear por ella. Casas de madera de colores, pescadores y comerciantes que traen sus productos en barcas, pequeños negocios turísticos, etc.
Las provisiones llegan a Tortuguero gracias a los botes que cruzan canales y ríos
Canales del Parque Nacional de Tortuguero
Ni siquiera la policía parece que tenga un trabajo muy estresante…
Casas de Tortuguero
Las viviendas normalmente se construyen sobre pilotes de madera para preservarlas de la intensa humedad de la zona y de posibles inundaciones.
Viviendas sobre pilotes
Calles de Tortuguero
Si te gusta la naturaleza, te recomiendo que visites Tortuguero. Si quieres ser espectador de un acontecimiento de la naturaleza grandioso, como es el desove las tortugas verdes, te recomiendo que visites Tortuguero.
Canales de Tortuguero
Si te gustan los animales, te recomiendo que visites Tortuguero. Y si no te gustan, también.
Atardecer en Tortuguero
De los nervios 