De los nervios

PN de los Glaciares (Argentina)

En la provincia de Santa Cruz se encuentra el Parque Nacional de los Glaciares, y tiene como centro turístico principal el glaciar Perito Moreno. Otros puntos de interés son el glaciar Upsala, y el cerro Fitz Roy.

Glaciar Perito Moreno

Glaciar Perito Moreno

En el glaciar Perito Moreno puedes realizar un minitrekking sobre el mismo glaciar, cosa que yo no hice porque soy bastante torpe y miedosa y temí caerme por alguna grieta. Visitando la zona, hay que destacar la Bahía Onelli (que no sé si me gustó más que el Perito Moreno) y los inmensos glaciares Upsala, Spegazzini, Onelli, y Seco, entre otros.

Parque Nacional de los Glaciares

Parque Nacional de los Glaciares

El glaciar debe su nombre a Francisco P. Moreno, notable viajero argentino en la región patagónica. En su libro «Viaje a la Patagonia Austral» narra las aventuras de su viaje, aunque reconoce que antes inició la misma ruta Charles Darwin. Poco antes de morir, y como ha ocurrido muchas veces a lo largo de la historia, afirmaba: «Tengo 66 años y ni un centavo… Yo, que he dado mil ochocientas leguas a mi patria y el Parque Nacional, donde los hombres de mañana, reposando, adquieran nuevas fuerzas para servirla, no dejo a mis hijos un metro de tierra donde sepultar mis cenizas…».

Placas de hielo desprendiéndose del glaciar

Placas de hielo desprendiéndose del glaciar

La imagen del Perito Moreno es impactante, pero quizá lo sea aún más el sonido: un leve sonido del agua y las olas golpeando contra el glaciar, roto por el estruendo al caer una placa de hielo.

Glaciar Perito Moreno

Glaciar Perito Moreno

Puedes realizar un paseo en barco casi hasta la base del mismo glaciar. Es entonces cuando ves las proporciones reales del perito Moreno. Impresionante. Si se desprende alguna pequeña placa del glaciar durante tu paseo en barco notarás que produce olas con forma de onda que son capaces de mover el barco. En esos momentos no quieres pensar que en ese preciso momento se fracture el glaciar y se desprenda y se hunda un gran bloque.

Vista del Perito Moreno desde el barco

Vista del Perito Moreno desde el barco

El Perito Moreno es la tercera masa de hielo más grande del planeta. Aunque otros glaciares han sufrido grandes retrocesos, el Perito alterna avances y retrocesos, por lo que es de los que mejor han mantenido sus dimensiones a pesar del calentamiento global. Con sus imponentes 70 m de altura y sus más de 2 km de longitud, ninguna imagen hará justicia a este espectáculo de la naturaleza. Una de las grandes rupturas del glaciar se produjo en 2008, año en el que estuve. El guía del barco decía entonces que se predecía una gran ruptura porque el glaciar estaba «sonando» mucho, como así fue meses más tarde.

Invierno en el Perito Moreno

Invierno en el Perito Moreno

Me recogieron muy temprano por la mañana del hotel para aprovechar lo máximo posible las horas de luz de aquel invierno. Eran las 6 de la mañana e iba adormilada en el microbús que me llevaba hasta el Parque Nacional cuando, con la cabeza apoyada en la ventanilla, en medio de la Patagonia argentina, con una contaminación lumínica de 0 descubrí el cielo más estrellado que he visto en mi vida. No podía dar crédito. Pensé que podía ser algún efecto óptico de la nieve, pero no, era u cielo azul oscuro casi negro con miles y miles de estrellas como jamás había visto ni volvería a ver en mi vida.

Glaciar Spegazzini

Glaciar Spegazzini

También puedes visitar el glaciar Spegazzini. El silencio en la zona es aplastante, es lo que más me conmovió durante la visita al segundo glaciar. Pumas y cóndores, animales sigilosos, son de los pocos que habitan en la zona, acostumbrados a temperaturas muy bajas y a una vida sigilosa. Quizá estos glaciares no se deberían pisar, los humanos no deberíamos poner nuestras botas en un lugar así, no deberíamos clavar nuestros bastones y crampones en ellos.

Bahía Onelli

Bahía Onelli

Navegando hasta el glaciar Spegazzini

Navegando hasta el glaciar Spegazzini

Grandes icebergs flotan por la bahía Onelli. Para mí este paseo en barco por la bahía es de las imágenes que siempre retendré en mi memoria.

Icebergs flotando sin rumbo en la bahía

Icebergs flotando sin rumbo en la bahía

Hielos de toda la gama de azules

Hielos de toda la gama de azules

Vistas espectaculares

Vistas espectaculares

El pueblo de Calafate no tiene nada especial que reseñar, excepto el gran lago que en invierno permanece helado y donde los argentinos pueden patinar sobre el hielo.

Patinando sobre el lago en Calafate

Patinando sobre el lago en Calafate

Casa típica de Calafate

Casa típica de Calafate

Un lugar irrepetible, imágenes que permanecen en la memoria, aguas de turquesa profundo, el sonido del silencio. Todo eso es el Parque Nacional de los Glaciares.

Pero Calafate aún me reservaba una desagradable sorpresa: la mañana que tenía que coger un vuelo con destino a Ushuaia me intranquilizó bastante llegar al aeropuerto y ver tanta gente. La mayoría tumbados en el suelo durmiendo. Cuando muchas personas están durmiendo en los aeropuertos no significa otra cosa que aeropuerto cerrado o vuelos cancelados. Efectivamente, el aeropuerto se encontraba cerrado supuestamente por mal tiempo, cuando hacía un día soleado espectacular. La verdadera razón era una huelga encubierta. La noche anterior, y en el restaurante del hotel (El Mirador del Lago) se encontraba la superpresidenta argentina Cristina, que había acudido a Calafate, donde su marido y ella tenían muchas propiedades…sin comentarios. Una pareja de Bilbao me contaron que llevaban 2 días en el aeropuerto, y que ya habían perdido su vuelo a España y no sabían qué podían hacer. Ella me contó que su sueño había sido siempre viajar a Argentina, pero que en ese momento odiaba ese país y sólo quería salir de allí. Le pregunté si no habían intentado otras opciones y me dijo que estaban prácticamente sin dinero y no podían afrontar el gasto de otro tipo de traslado a Buenos Aires. Viendo el panorama me dije: tienes dos opciones, quedarte aquí tumbada esperando a ver qué pasa o buscar una alternativa. Yo volaba a Ushuaia y desde allí a Iguazú. Lógicamente pensé que debía ir a Ushuaia para no poder el vuelo que me llevara a las cataratas y desde allí a Buenos Aires.

Pregunté por la opción del tren, ya que entre Calafate y Ushuaia hay casi 900 km y me dijeron que tarda casi 4 días ¿4 días?. Vale, pues autobús. Hasta Río Gallegos fui en un autobús cómodo con asientos reclinables. Desde Río Gallegos a Ushuaia cambio de autobús, en el que tuve la «gran suerte» de compartir el autobús con unos 60 niños de unos 12 años que volvían con sus monitores de jugar unos partidos de baloncesto en Río Gallegos. A mitad de camino ya estaba pensando cómo cortarme las venas, ya que los niños estuvieron cantando durante las 19 horas que duró el trayecto. Pensaba que Argentina estaba más avanzada en infraestructuras, en transporte, en comunicaciones, pero no.

El dinero del billete del vuelo jamás me lo devolvieron y jamás recibí una disculpa de la compañía argentina. Tampoco me abonaron lo que tuve que pagar por el trayecto en autocar. Muy serios los argentinos, sí.

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