De los nervios


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Bali, un paraíso asiático

Creo que Asia cuenta con varios paraísos, y entre ellos se encuentra Indonesia. Formada por miles de islas, mi destino fue la gran isla de Bali y Lombok. Después de un largo viaje, nos juntamos en el aeropuerto de Denpasar los pasajeros de varios vuelos, por lo que las colas de inmigración son interminables. Hay un sistema «VIP» por el que por unos 20 USD directamente te cuelas. Un tipo con un carnet colgado te pide tu pasaporte, le das el dinero y desaparece. Y entonces piensas .¿Ay mi madre si no vuelve con el pasaporte!. Pero vuelve. No sé hasta qué punto es una práctica muy legal, el caso es que todos estos intermediarios llevan colgada su acreditación con su foto y varios sellos estampados. A mí me pareció un vuelo bastante largo, y no estaba dispuesta a esperar otra hora en una larga cola, así que pagué muy contenta el dinero por colarme.

Mi hotel en Ubud

Mi hotel en Ubud

Mi primer destino en la isla era Ubud, una población bastante céntrica desde donde pensaba realizar visitas con un conductor contratado por mí previamente por algunas zonas de la isla. Ubud es a día de hoy una zona muy turística, y es fácil contratar desde aquí conductores. Cuenta con varios templos que puedes visitar, y de noche hay buen ambiente, con restaurantes y lugares donde tomar una copa.

Piscina del hotel en Ubud

Piscina del hotel en Ubud

Mi habitación se encontraba en la planta baja de un bungalow. Un hotel encantador, cerca de todo, que cuenta con una gran extensión con varias decenas de bungalows, dos piscinas, restaurante, y unos jardines muy cuidados y agradables. Sentarse en el porche viendo el amanecer no tiene precio. Todos los empleados del hotel van vestidos a la manera tradicional con su falda tipo pareo (batik), su camisa blanca de manga corta y su pañuelo anudado en la cabeza. Por todo el hotel hay diversos altares pequeños donde cada día los indonesios hacen sus ofrendas.

Altar instalado en los jardines del hotel

Altar instalado en los jardines del hotel

El primer día se presentó mi guía conductor tarde, lo que sería casi una norma durante mi estancia en Ubud. Creo que lo contraté porque se llamaba Putu, y al enterarme que en indonesio «Vamos» se dice «marikita», me hizo bastante gracia. Me pasaba todo el día diciéndole: «Putu, marikita» e íbamos de un sitio a otro. Era un chico joven que hablaba un inglés bastante macarrónico, pero que le parecía muy bien todo lo que decía, y me llevaba donde quería. Cada día le enseñaba el itinerario del día y él no rechistaba, incluso hacíamos paradas que él consideraba interesantes a mitad de camino. Era un chico bastante valiente y decidido. No dudó un instante en acercarse a este murciélago de dimensiones increíbles para que yo hiciera la foto. Me dijo que si quería él lo agarraba para que yo lo tocara. ¡Ni muerta hubiera tocado ese pedazo de bicho!

¡Putu, marikita!

¡Putu, marikita!

Yo tenía muchas ganas de ver arrozales, esas famosas imágenes de Balí con plantaciones de arroz en terrazas. Primero nos acercamos a ver los arrozales de Tegallalang, pequeños pero muy bonitos. Estuve paseando por los alrededores. Putu me contó que algunos de estos arrozales se mantienen más por ser un atractivo turístico que por la producción de arroz en sí. Muchos restaurantes, tiendas y hoteles deben sus ingresos a los arrozales, así que han pasado a ser una especie de patrimonio nacional.

Arrozal de Tegallalang

Arrozal de Tegallalang

No te preocupes por la época del año que visites Bali, porque siempre habrá arrozales que visitar con un intenso verde. Debido a la bondad del clima y de la tierra, tienes más de 2 cosechas al año, por lo que a lo largo de la isla seguramente encuentres algún arrozar a punto de su recolección o que ha sido plantado recientemente.

Arrozal en Bali

Arrozal en Bali

Los campos de arroz de Jatiluwih son los más conocidos de todo Bali, a unos 60 km de la capital. La carretera que te llevará a Jatiluwih está llena de arrozales de menos tamaño, pero es en Jatiluwih donde las vistas son más impresionantes. Ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad, y justo en frente de los arrozales hay un restaurante donde podrás comer disfrutando de las vistas o donde tomar un refresco y descansar. Es posible dar un paseo entre los arrozales, durante el cual podrás ver los distintos procesos de las plantaciones de arroz.

Arrozales de Jatiluwih

Arrozales de Jatiluwih

Un balinés frente a los arrozales de Jatiluwih

Un balinés frente a los arrozales de Jatiluwih

Incluso en un mismo arrozal puedes encontrar terrazas con arroz a punto de ser cosechado y otras con matas jóvenes de arroz

Plantación de arroz de Jatiluwih

Plantación de arroz de Jatiluwih

Por mucho que planifiques tus visitas, siempre surge una parada, un pequeño templo, un paisaje espectacular, un pueblo por el que quieres pasear, una pequeña cascada. Yo llevaba un planning más o menos cerrado de todo lo que quería ver, pero como me suele ocurrir en mis viajes, descarté algunos sitios por falta de tiempo, pero visité otros, que a pesar de no estar catalogados como grandes atractivos turísticos me parecieron sorprendentes y hermosos. No considero esto una pérdida de tiempo, sino todo lo contrario. Cuando viajas es imposible ver todo lo que las guías recomiendan, y muchas veces me han gustado más lugares que ni siquiera aparecen en catálogos de viajes, y los he disfrutado mucho más como un descubrimiento personal.

Templo en Bali

Templo en Bali

Reconozco que últimamente cuando viajo hago demasiadas fotos, debe ser porque con la facilidad de borrarlas si no me gustan y que hacer muchas o pocas me va a costar lo mismo. me junto a veces con varios centenares de fotografías de cada lugar que visito. Escribiendo este post y subiendo las imágenes, la verdad es que me cuesta elegirlas porque Bali me regaló unos paisajes maravillosos, y muchas imágenes inolvidables. Pasear por los templos balineses es todo un placer, ya que disfrutas al mismo tiempo de paisajes espectaculares, arquitectura indonesia y puedes ser testigo de cómo viven los indonesios su religión.

Templo en Bali

Templo en Bali

Siempre que veo alguna celebración religiosa (en el país que sea), me acerco discretamente y me mantengo un poco alejada. Considero que los turistas debemos respetar ese momento íntimo para ellos e intentar interferir lo menos posible en la ceremonia.

Celebración religiosa frente al mar

Celebración religiosa frente al mar

Entiendo que Bali sea un destino muy solicitado por los turistas, ya que posee una gran belleza y un poco de todo; cultura, montaña, naturaleza, playas. A lo largo de la costa encuentras playas increíbles. Algunas de ellas las conocí por recomendaciones que había leído en algún que otro foro de habla inglesa que visito. Playas que ni siquiera Putu, mi guía-conductor conocía. Playas tranquilas, sin la masificación de otras conocidas y a las que los turistas acudimos en manada.

¿Acaso no merece la pena "perder" algo de tu tiempo disfrutando de algo así?

¿Acaso no merece la pena «perder» algo de tu tiempo disfrutando de algo así?

Comer un pescado a la parrilla recién pescado, darte un baño refrescante, tumbarte al sol, pasear por la orilla. Es una pena que la imagen siguiente no sea de 360 grados para que pudieras disfrutar de la vista de esta playa infinita, con islotes al fondo y cerrada por un espeso bosque.

Playa tentadora de Bali

Playa tentadora de Bali

Uno de los templos más hermosos y conocidos de Bali es el Pura Ulun Danu Bratan, o Pura Bratan, construido sobre las aguas del lago del mismo nombre. Construido en el siglo XVII en honor de Shiva y Parvati. El templo es uno de los iconos balineses, tanto que es la imagen de unos de los billetes indonesios.

Templo de Pura Ulun Duna Bratan

Templo de Pura Ulun Duna Bratan

Reconozco que Asia tiene algo que engancha. Todos los años, al menos una vez, regreso a Asia. Me gusta su clima, su cultura, su cocina y, sobre todo, su gente. También influye que es de los continentes más baratos para viajar. Bueno, viajar no es nunca barato, pero comparando con otros continentes, hoteles, comida y transporte son mucho más económicos.

Pescado fresco a la parrilla a precios asiáticos

Pescado fresco a la parrilla a precios asiáticos

La gastronomía balinesa es muy variada y rica, aunque también es posible encontrar en zonas turísticas restaurantes de comida occidental y restaurantes de comida rápida. Cuando en Asia no sé qué comer siempre pido noodles (fideos), servidos en un cuenco y acompañados de salsas deliciosas.

Otro de los iconos de Bali es el templo de Tanah lot «tierra en medio del mar». SItuado en el oeste de la isla, a unos 20 km de la capital, Denpasar. Al estar construido sobre una roca sólo se puede acceder a él durante la marea baja. Es igualmente hermoso con la marea baja y los visitantes paseando por la playa o con marea alta, cortando el acceso, pero rodeado por el mar. Según la leyenda balinesa, multitud de serpientes venenosas en la base de la roca del templo lo protegen de espíritus malignos.

Templo de Tanah Lot

Templo de Tanah Lot

Es imposible enumerar los templos que hay en Bali, es imposible compararlos, es imposible decidir cuál es más bonito, cuál esta en un lugar más increíble. Es imposible decidirme por el templo de Bali que más me gustó. Si viajas a Bali tómate las visitas a un templo como un todo, a veces templos pequeños e insignificantes se encuentran rodeados de paisajes que quitan el aliento y los hacen grandiosos.

Templo de Bali

Templo de Bali

Durante mi estancia en Bali, dediqué 5 días a visitar la isla de Gili Trawangan, que pertenece a Lombok, una isla de las 3 que forman las islas Gili donde está prohibido el uso de cualquier vehículo a motor. Gili Trawangan merece un post aparte. A mi regreso de las Gili me dirigí directamente a Kuta, el sitio que menos me gustó de todo Bali. Que me perdonen los de Benidorm, pero me recuerda mucho: tiendas, playas atestadas, música atronadora por las calles, mucho tráfico y mucha construcción al lado de las playas. Estuve aquí 3 días, pero con unas horas me hubiera sobrado. Respeto a los que les guste este tipo de lugares, pero definitivamente, a mí no me dicen nada.

Vista de la playa de Kuta desde el hotel

Vista de la playa de Kuta desde el hotel

Ya que Kuta no me gustó, lo utilicé como base para visitar el sur de la isla. Por la tarde me acerqué a ver el templo de Uluwatu, otra de las imágenes más conocidas de Bali. Situado en la península de Bukit, y dedicado a Dewa Rudra, contempla desde el borde del acantilado el mar. Es una de las imágenes que jamás olvidarás de Bali, pero si lo visitas debes tener mucho cuidado con los monos. Acostumbrados a los turistas, suelen saltar sobre ti y llevarse todo lo que pueden: una botella de refresco que sobresale de tu mochila, una cámara de fotos, o cualquier objeto que brille. Antes de entrar al recinto del templo y colocarme el batik (pareo obligatorio para visitar los templos), uno de los guías me recomendó que me quitara todo lo que brillara. Guardé el reloj, las pulseras y un collar que suelo llevar, pero me insistió en que también me quitara los pendientes. Si visitas el templo ten cuidado con ellos. Observé que muchos guías llevan un palo (no más que una rama), y sólo con llevarla hace que los monos no se acerquen porque piensan que serás capaz de defenderte contra ellos. Al atardecer, sobre las 6 de la tarde puedes ver los bailes y danzas en el recinto del templo (de pago. Yo no lo vi porque suelen aburrirme bastante las danzas locales de cualquier lugar, y a los 15 minutos me voy)

Templo de Uluwatu sobre el acantilado

Templo de Uluwatu sobre el acantilado

Si visitas el templo al atardecer, una buena idea es acercarte a las playas de Jimbaran, una playa de enormes dimensiones donde los locales acuden en masa a cenar a cualquiera de los chiringuitos de la playa. Una buena ocasión para observar la vida diaria de los balineses. Muchos llegan a la playa y eligen el pescado fresco crudo en cualquiera de los puestos. Una vez cocinado lo colocan sobre grandes hojas de banano y se lo comen en familia o con amigos en una de las muchas mesas que hay instaladas en la playa.

Balineses comiendo pescado fresco en Jimbaran

Balineses comiendo pescado fresco en Jimbaran

Si te ocurre como a mí, que no te gusta mucho Kuta, te recomiendo esta playa, espectacular de día y de noche. Por las mañanas hay muchos pescadores que regresan de la pesca nocturna y venden el pescado en puestos, y al atardecer y por la noche, es una delicia pasear por su orilla.

Playa de Jimbaran

Playa de Jimbaran

Sólo puedo recomendarte que viajes a Bali, que disfrutes de su cultura, de sus templos, de sus paisajes, de su gastronomía y de su gente. Que «te pierdas» en sus increíbles playas o que simplemente te sientes a admirar paisajes que te dejarán sin habla.


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Manías de una viajera

No sé si me he hecho más maniática desde que viajo sola o, a medida que van pasando los años, los defectos como las manías se acentúan. Es más, voy añadiendo manías que no son propiamente mías, sino de otros viajeros con los que coincido y pasan a formar parte de las mías.

Siempre elijo asiento de pasillo Si tengo que viajar en avión me parece mucho más cómodo que hacerlo en la ventanilla por varias razones: en los vuelos largos puedes levantarte del asiento y sentarte todas las veces que quieras sin molestar a nadie, incluso dar algunos paseos cuando se entumecen las piernas. Tienes unos centímetros extra para tus piernas, aunque también corres el riesgo de los golpes que te pueden dar las azafatas con los carritos si te duermes y ocupas parte del pasillo. Otra ventaja es que normalmente los aviones no se llenan. En viajes largos, una vez que se han cerrado las puertas del avión puedes levantarte rápidamente y ocupar asientos vacíos (a veces he ocupado hasta 4 asientos y he volado tumbada completamente). Pero como en todo, cada vez la gente está más pendiente de esos asientos vacíos y están pendientes también de ocuparlos, así que hay que ser rápido. Si los aviones son de tipo 3-4-3 o 2-3-2 jamás elijo un asiento en medio de otros dos pasajeros. Esa posición es un infierno claustrofóbico.

Con tiempo en el aeropuerto Como mínimo 2 horas y media si es un vuelo internacional. Gracias a eso una vez que volaba a Suiza mi documentación no estaba en regla y pude hacerme un pasaporte de urgencia en la terminal del aeropuerto. Si por ejemplo sales de la T4 de Barajas hay que contar con el tiempo que tardas en trasladarte en tren desde la propia terminal a la zona de embarque. Una vez allí, los pasillos son extremadamente largos y con muchas puertas de embarque, recorrido que no podrás completar si vas con la hora muy ajustada. Cuando llego a la terminal, primero ubico dónde está mi puerta de embarque, y si me sobra tiempo me dedico a ver tiendas, ir al baño o comer algo, pero siempre calculando lo que tardaré en regresar a ella.

Seguro de viaje Sé que este es un punto en el que no suelen pensar mucha gente que viaja. «¿Seguro?, ¿Para qué?. Como he pagado los billetes con mi tarjeta de crédito ya llevo un seguro». Sí,… pero no. Efectivamente ya llevas un seguro ¿pero sabes qué coberturas tiene?.  Yo siempre contrato un seguro con una cobertura médica amplia, y con «amplia» me refiero a que me cubrirá cualquier percance médico en el extranjero. La sanidad en el extranjero es muy cara, y hay determinados países en los que no es aconsejable acudir a la sanidad pública. Incluso muchas veces no somos conscientes que en caso de necesitar una intervención urgente, el desplazamiento al hospital debe hacerse por el medio más rápido, lo que equivale a decir mucho dinero.  Hay países que exigen que contrates un seguro  médico para poder entrar.

Compañías de seguros hay muchas especializadas en viajes. Lo que es obvio, sin desmerecer a ninguna, es que un seguro de viaje barato tendrá pocas coberturas. Nadie regala nada, y en el mundo de los seguros, como en todo, ya está todo muy estudiado. Lo normal es no necesitar ningún tipo de asistencia médica. algo que pensamos todos. Pero ¿y si ocurre algo?. Realmente, lo que cuesta un buen seguro de viaje es un pequeño porcentaje del presupuesto total, pero te da una seguridad y tranquilidad que bien merecen esos euros gastados.

Ten en cuenta que al ingresar en un hospital tendrás que hacer un depósito en efectivo o con tu tarjeta de crédito si no tienes seguro.

Te dejo dos ejemplos con los que vas a disipar todas tus dudas, y seguramente en tu próximo viaje pensarás 2 veces si merece la pena escatimar en este apartado:

Escucha la llamada desesperada de un viajero español en México

Vídeo sobre la odisea de dos navarras en Turquía

Vacunas Este es otro apartado que normalmente se ignora a la hora de viajar. Dependiendo del destino, es importante que acudas a un Centro de Vacunación Internacional. Hay países que exigen vacunaciones obligatorias, y otros que recomiendan alguna vacuna o profilaxis. Si sueles viajar a Asia, África o Sudamérica, es mejor que sigas las recomendaciones de los médicos especializados en enfermedades tropicales. Contraer alguna de ellas no es ninguna broma.

Podrás leer en diversos foros sobre viajes la polémica sobre la profilaxis contra la malaria. La malaria no tiene vacuna, sino una profilaxis o tratamiento preventivo consistente en pastillas que has de empezar a tomar 3 días antes de llegar a tu destino y una semana después. He leído muchos comentarios sobre gente que ha tomado el medicamento y ha acusado efectos secundarios variados. Yo lo tomo y jamás he tenido un efecto secundario, quizá porque la tomo una hora antes de acostarme y no acuso ningún tipo de malestar. Soy blanco fácil para mosquitos, y si puedo evitar o paliar el contagio de malaria, al menos me siento más tranquila.

No hagas caso de comentarios en foros o de conocidos. Con la salud no se juega.

Documentación Comprueba los requisitos de entrada del país al que vas a viajar. DNI. pasaporte, visado. No viene mal llevar un par de fotos tipo carnet, ya que en algunos países las piden. Ten en cuenta la validez de tu pasaporte (al menos 6 meses posteriores a tu fecha de regreso), y que disponga de las suficientes páginas en blanco para que puedan estampar el sello de entrada y salida del país en el control de pasaporte de los distintos países que visites. Puedes renovar tu pasaporte si éste se encuentra deteriorado o caduca antes de los 6 meses de tu fecha de regreso.  Siempre llevo fotocopia de DNI y pasaporte; no son documentos válidos para viajar, pero te facilitarán las cosas en caso de extravío.

 

Equipaje Yo suelo viajar con una maleta de ruedas y una mochila. Sé que es poco práctico llevar maleta a determinados destinos, pero teniendo en cuenta las horas que pierdes en aeropuertos, prefiero no estar cargando con una gran bolsa de viajes.

Llevo los artículos que no quiero perder en la mochila que subo a la cabina (cámaras, cargadores, portátil, etc). Los amigos de lo ajeno tienen un olfato especial para saber qué maletas contienen objetos valiosos. ¿Y los cargadores?. Pues siendo una aficionada a la fotografía, prefiero llevar cargadores y objetivos en la mochila antes que se pierdan en una maleta que nunca aparezca.

Viajando a Lombok (Indonesia), por ejemplo, me trasladé en barco a las islas Gili. En las islas el transporte a motor está completamente prohibido, y no existe un embarcadero como tal. Te bajas a unos metros de la orilla y tienes que cargar con la maleta. En momentos como ese odié llevar una maleta de ruedas, pero comparado con el tiempo que me ha sido práctica, cargar con ella a través de la playa me parece insignificante.

Siempre plastifico la maleta. ¿Exagerada? puede. No quiero llevarme sustos a la hora de pasar los controles de aduanas de determinados países. No lo hago por evitar que alguien sustraiga algo de mi maleta, sino para evitar que alguien introduzca algo en ella. Me llevo siempre un rollo de plástico de cocina y la embalo yo misma si dudo que existirá en el aeropuerto de destino un servicio como ese. Supongo que la posibilidad de que me ocurra algo así es remota, pero plastificando la maleta, la posibilidad es prácticamente nula.

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Cuando haces el check-in en cualquier aeropuerto o rellenas el formulario de entrada que te dan en el avión antes de llegar a destino, cuando contestas con un «sí» a la pregunta ¿Ha hecho usted mismo su equipaje?, aceptas tácitamente que eres responsable de tu equipaje y su contenido. Si eso te ocurre en un país en los que las garantías de los detenidos son más que dudosas, merece la pena tomarse el trabajo de plastificar tu maleta. No es una broma, introducir droga, por ejemplo, en algunos países, conlleva la pena de muerte.

 

Sensatez Cuando viajas al extranjero debes tener los sentidos alerta, desconfiar de todo y de todos sin llegar a la histeria. Diferentes países, diferentes costumbres, maneras de vestir, prácticas religiosas, etc. Respeta para que te respeten, aunque te parezcan normas o costumbres ridículas. Si eres aficionado a la fotografía pide permiso siempre que vayas a fotografiar a alguien, puedes evitar sorpresas desagradables.

Ánimo Sólo espero que todo lo que he contado anteriormente no te asuste o desanime. Hay cosas que ocurren, no tienen que ocurrirte a tí, pero siendo un poco sensato puedes evitarlo. Sólo te animo a que viajes, en la forma que sea, y que si lo haces solo lo disfrutes, que seguro repites.

«Viajando aprenderás a ser desconfiado, pero a la vez descubrirás que hay muchas personas verdaderamente buenas en el mundo, con las que nunca has tenido ni tendrás más relación, que están dispuestas a prestarte una ayuda desinteresada»(Darwin, 1839).