De los nervios


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Prohibido darse besitos en Malasia

Hay culturas en el mundo en las que no están bien vistas las demostraciones de afecto en público. Entre ellas podemos destacar la asiática. Los asiáticos son tímidos, rehúsan incluso saludarse estrechando manos. El contacto físico en público les hace sentirse violentos. Si a la cultura asiática sumamos una religión como la musulmana, entonces pasa de ser algo mal visto a una prohibición expresa.

Quizá la ciudad del mundo donde más prohibiciones he visto sea Singapur, donde todo o casi todo está prohibido, incluso comer chicle o fumar en la calle. Pero en otras ciudades, en otros países, como Kuala Lumpur en Malasia he visto vagones de tren con acceso exclusivo para mujeres. Vagones a los que sólo podemos acceder nosotras o madres con algún hijo varón de corta edad.

En los andenes y vagones hay carteles como el de abajo que disuaden a los usuarios de demostrar en público su afecto por una persona del otro sexo.

Prohibido darse besitos en el metro de Kuala Lumpur

Prohibido darse besitos en el metro de Kuala Lumpur

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Kuala Lumpur

Suelo darme algún que otro capricho cuando viajo, y mi capricho en Kuala Lumpur fue alojarme en un hotel con vistas a las torres Petronas. Me apasiona la arquitectura y a lo largo de mi vida he visto muchos documentales sobre edificios, ciudades, su proceso de construcción, etc. Pero lo que más me gusta es conocer la historia de algunos edificios, cómo se construyeron, cuál fue el proceso, etc. No conseguí una vista frontal de las torres, pero desde mi habitación, desde la cama, podía verlas al acostarme y cuando me levantaba. Kuala Lumpur me recuerda mucho a la ciudad de Singapur: ciudades con el encanto justo para un par de días, volcadas ambas en ser centros internacionales financieros y de negocios.

Las torres Petronas desde la habitación del hotel

Las torres Petronas desde la habitación del hotel

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Langkawi, la joya de Kedah (Malasia)

Formado por más de 100 islas, el archipiélago de Langkawi se encuentra en el mar de Andaman, muy cerca de Tailandia. La mayr de todas ellas es Langkawi, con Kuah como capital. Son islas muy parecidas a las tailandesas. Originalmente, su economía estaba basada en la pesca y la agricultura, pero es desde hace años el turismo su principal fuente de ingresos. Langkawi ha sido declarada Geoparque Global de la UNESCO por su diversidad de fauna y flora.

Sur de la isla de Langkawi

Sur de la isla de Langkawi

La mayor concentración de infraestructura turística se encuentra en el sur de la isla y en el suroeste, donde se encuentra el aeropuerto. También hay multitud de instalaciones hoteleras en el norte de Langkawi, con los hoteles más exclusivos y las playas menos visitadas y hermosas. Se puede contratar un guía-taxista fácilmente para visitar los distintos puntos de interés de la isla. Si te alojas en el sur puedes hacer el recorrido a pie y contratar un taxi para conocer la zona norte.

Más de 100 islas forman el archipiélago de Langkawi

Más de 100 islas forman el archipiélago de Langkawi

La mayoría de los turistas se alojan en el sur de la isla. A lo largo de Jalan Padang, una calle con bastante tráfico, tiendas restaurantes y hoteles a un lado y otro de la carretera. Establecimientos de diferentes precios y categoría. Unos, directamente en la playa, y otros, al otro lado de la carretera. En el sudeste de la isla se encuentra el Berjaya resort. Consta de bungalows construidos directamente sobre pilotes en el mar y chalets rodeados por selva.

Resort Berjaya

Resort Berjaya

Uno de los atractivos de Langkawi es subir en el funicular hasta la cima, desde donde puedes admirar decenas de islas en el horizonte. Suele haber bastante gente, por lo que es recomendable ir pronto, ya que si no tendrás que soportar largas colas. El precio varía entre 28 y 38 RM. En la parte superior han construido el sky bridge, un puente colgante que personalmente me parece arquitectónicamente bonito pero un pegote allí. Cuando yo estuve estaba cerrado por obras, aunque tampoco me llamaba la atención pasear por él. Me parece que rompe completamente el paisaje.

Sky bridge. Langkawi

Sky bridge. Langkawi

Creo que merece la pena subir en el funicular, ya que tanto desde el mirador superior como desde el intermedio tendrás unas vistas magníficas de la isla.

Funicular de Langkawi

Funicular de Langkawi

Vistas desde el mirador

Vistas desde el mirador

Mar de Andaman

Mar de Andaman

En la base del funicular se ha construido un complejo de estilo oriental con tiendas y restaurantes. Agradable para pasear o tomar algo, pero de escaso interés más que el de disfrutar del enclave donde se encuentra.

Puente del pueblo oriental

Puente del pueblo oriental

Pueblo oriental

Pueblo oriental

Existen varias cascadas en la isla, por lo que cuando finalizó mi visita a esta parte de la isla le dije a mi conductor que me llevara a visitar las cascadas de Lubuk Sembilang . No es que sean unas cascadas espectaculares, pero había leído en las guías que es un lugar donde acuden los locales a tomar un baño o a hacer picnic y me pareció atractiva la idea. Fue una de las peores decisiones de mi vida. El conductor me esperaba en el parking de las cascadas, donde hay alguna tienda de bebidas, un restaurante y aseos públicos. Hay que ascender una pequeña rampa o subir unos escalones. Era pronto por la mañana y no había demasiados turistas. Yo elegí la rampa. Acababa de ponerme el repelente para mosquitos (que hay muchos en la zona), y se me ocurrió sacar un paquete de toallitas húmedas para limpiarme las manos. Al momento, y sin saber de dónde salieron, tenía delante de mí unos 10 monos. Pensé que habrían confundido el paquete de toallitas con algo comestible, así que lo tiré y me di la vuelta para empezar a correr. Al darme la vuelta, 10 0 12 monos más me cerraban la retaguardia. ¡Ay, madre!. Uno de los monos, el más grande, se acercó a mí, y viendo que dentro del paquete no había nada que pudieran comer, cerró el puño y comenzó a golpearme las piernas. En esos momentos no sabía si moriría por los golpes del mono o de un infarto. Todos los animales me dan miedo, de cualquier tamaño. Comencé a correr cuesta abajo como creo no he corrido jamás en mi vida. Mientras los monos me perseguían, golpeándome las piernas. Dos chicos australianos que subían a la cascada por las escaleras corrieron en mi ayuda, lanzando palos y piedras a los monos. Gracias a ellos los monos fueron desapareciendo. Llegué a una de las tiendas al lado del parking y entré y me senté en un rincón lo más alejado de la puerta. Estaba al borde del infarto. Al levantarme, no podía apoyar el pie, era un dolor insoportable. Seguramente que por mis gritos, el conductor se acercó a la tienda y me dijo que no podía consentir que me fuera sin ver las cascadas, así que volví a subir con él. Él armado con un palo y piedras. Para cuando bajamos ya no podía apoyar la planta del pie y la pierna comenzaba a hincharse. Al llegar al hotel llamé a mi seguro médico y me dijeron que era mejor esperar a Kuala Lumpur para ir al hospital, que había tenido suerte que no me hubieran mordido o arañado, ya que contagian rabia y herpes. ¡Lo que me faltaba!

Las cascadas malditas

Las cascadas malditas

Cuando volé de Lankgawi a Kuala Lumpur, una de las azafatas me pregunto qué me había pasado, ya que andaba cojeando y la pierna desde la rodilla hasta el pie estaban de color entre morado y negro. Le conté lo sucedido y me dijo que se sentía indignada, que conocía muchos casos de gente atacada por los monos en esa zona, que son monos muy agresivos, pero que el gobierno se negaba a poner carteles de aviso para no espantar a los turistas. También me dijo que hacía menos de un año habían tenido que trasladar a una pareja de británicos con un bebé de 10 meses al que los monos literalmente le habían arrancado la cara. En ese momento me di cuenta que efectivamente, yo había tenido mucha suerte. Una vez en Kuala Lumpur visité el hospital, donde una médico me volvió a confirmar que había tenido mucha suerte al no haber sido mordida por los monos. Me hicieron radiografías y pruebas y confirmaron que tenía un desgarro muscular y múltiples hematomas. Moraleja: mucho cuidado con los monos.

Puerto deportivo en Langkawi

Puerto deportivo en Langkawi

Realicé el tour Islands Hopping con una agencia local.(30RM por persona) con la agencia Ashtar. La excursión dura unas 4 horas, pero hubo que acortarla por una gran tormenta que se produjo en el mar y no pudimos ver cómo alimentan a las águilas. Realizan la excursión 2 veces al día: a las 9:30 de la mañana y 2:30 de la tarde. Se visitan 3 islas: Beras Basah, Singa Besar ( donde dan de comer a las águilas), Dayang Bunting y el lago del mismo nombre. Se cruza por el lago de la «soletara embarazada» (pregnant maiden), donde puedes ver en el horizonte cómo se dibuja la silueta de una mujer embarazada. Por supuesto, hay una leyenda sobre el lago. Realizas una parada en cada isla. Yo no quería andar mucho por la pierna, pero bajando del bote, y en 3 segundos, otro mono saltó sobre mi mochila y robó de la red lateral una botella de Coca-Cola sin apenas darme cuenta. Una familia de indios que iban en el barco también fueron atacados por otro mono: la madre llevaba una bolsa en la mano con fruta atada con un nudo. El mono intentó quitársela pero la mujer la agarraba con fuerza. Al final el mono gano la batalla y se llevó el trofeo y encima la mujer se llevó unos cuantos arañazos. En el lago puedes alquilar un patín o sar una vuelta por los alrededores. Yo me limité a quedarme sentada y observar el paisaje. No quería más sustos.

Lago Hopping Maiden

Lago Hopping Maiden

Realicé también una visita a Kuah, la capital. Un lugar completamente prescindible. Yo paré porque me pillaba de camino, pero para mí no tiene nada interesante.

El águila, símbolo de Langkawi

El águila, símbolo de Langkawi

Para mí, lo mejor es alojarse en las playas de Tanjung Rhu, de las más bonitas de la isla. Situadas tras una espesa jungla, en la playa se han construido algunos hoteles de lujo con playas de uso privado y acceso restringido. Tanto en las playas como en los hoteles se respira paz, debido a los escasos turistas que hay en la zona y la ausencia de restaurantes o tiendas. Alojarse en uno de estos complejos es un lujo.

Playa de Tanjung Rhu

Playa de Tanjung Rhu

Viajar sola me da la oportunidad de disponer de mucho tiempo para observar, simplemente por el placer de observar. En una de las habitaciones que dan directamente a la playa (las más caras) se alojaba una familia musulmana. El padre con el niño de unos 10 años se bañaban en el mar y disfrutaban de la playa. Nadaban, saltaban y jugaban entre risas. La madre, en el porche de la habitación, de negro, tapada de pies a cabeza sólo se le veían los ojos. Llevaba incluso calcetines y guantes, y se abanicaba con una revista por el sofocante calor. Con ella, la hija de unos 8 años, con vaqueros, camiseta de manga larga y pañuelo que le cubría casi hasta la cintura. Sin comentarios…

No todos pueden disfrutar de esta playa

No todos pueden disfrutar de esta playa

Si te alojas en la zona sur de la isla, la más turística, encontrarás alojamientos de todos los precios y categorías, y por la noche la zona está bastante transitada por los turistas que acuden a hacer alguna compra o cenar en alguno de sus restaurantes, sobre todo langosta, comida típica de la zona. Eliges la langosta fresca de un acuario y te la hacen a tu gusto. El precio de la cena por persona ronda los 25 €.

Langostas frescas

Langostas frescas

Y para los más intrépidos y aventureros, hay multitud de actividades en la isla: submarinismo, parapente, paseos en lanchas rápidas, etc.

Playas de Langkawi

Playas de Langkawi

¿A qué esperas para visitar Langkawi?

Langkawi desde el aire

Langkawi desde el aire